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Amiga date cuenta… Adiós PRI

Estimado Comité Directivo del Partido Revolucionario Institucional,

Rompo el silencio de estos últimos meses con una mezcla de tristeza, ironía y una risa amarga, me dirijo a ustedes para formalizar mi renuncia al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Después de algunos años de observar la degradación sistemática de lo que alguna vez fue una fuerza política dominante, he decidido que no puedo seguir siendo parte de este espectáculo grotesco.

Rompo el silencio de estos últimos meses con una mezcla de tristeza, ironía y una risa amarga, me dirijo a ustedes para formalizar mi renuncia al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Después de algunos años de observar la degradación sistemática de lo que alguna vez fue una fuerza política dominante, he decidido que no puedo seguir siendo parte de este espectáculo grotesco.

Es casi cómico, si no fuera tan trágico, ver cómo el PRI ha ido perdiendo militantes a una velocidad alarmante. Lo que una vez fue un partido de estado con una base sólida y leal, ahora se asemeja a una casa de interés social abandonada, con cada vez menos habitantes y más ecos de lo que alguna vez fue. El éxodo masivo es un reflejo cruel de la falta de dirección y liderazgo efectivo, no todos nos vamos buscando oportunidades políticas en otros institutos o porque nos hayan comprado, ser priyista en estos últimos años es francamente de pena ajena.

Segundo, la pérdida de fuerza y territorios es un triste recordatorio de nuestra decadencia. De ser el partido hegemónico que controlaba gran parte del país, casi de forma maquiavélica, ahora estamos relegados a ser menos que meros espectadores en la política nacional. Las recientes elecciones solo confirman que el PRI ya no tiene la capacidad de resonar con los votantes. Nuestro mapa político se ha reducido a un pequeño rincón de lo que alguna vez dominamos, es tan poca la presencia de legisladores en cualquiera de las cámaras del legislativo que francamente “no llenan ni una combi”.

Además, el envilecimiento dentro del PRI no es solo un problema; es el corazón palpitante de nuestro fracaso. La proliferación de escándalos ha dejado claro que la corrupción no es un defecto ocasional, sino una característica intrínseca de nuestra dirigencia. Este cáncer ha destruido cualquier posibilidad de regeneración interna y ha ahuyentado a quienes alguna vez creyeron en nuestros ideales. Al lado del presidente del Comité Nacional del PRI, Gonzalo N. Santos parece el perfecto demócrata, el político conciliador.

Es necesario confirmar un secreto a voces, la democracia dentro del PRI es un mito tan grande como el unicornio. Las decisiones se toman en salas oscuras por unos pocos privilegiados que cada hora toman whisky etiqueta azul en las rocas acompañado de Red Bull, mientras tanto, la base militante es ignorada y silenciada. La falta de procesos democráticos ha alienado a los militantes y ha desmoralizado a aquellos que alguna vez creyeron en un partido inclusivo y representativo.

En cuanto a la elección de candidatos presidenciales que no militaban en el PRI en 2018 y 2024, es una burla a todos los que dedicamos nuestra vida al partido. Es irónico y patético que se haya recurrido a extraños en un intento desesperado por salvar lo insalvable. Esto no solo muestra una falta de fe en nuestra propia militancia, sino también una desesperación y un oportunismo descarado, sazonado con la incapacidad de crear liderazgos fuertes y empáticos con la militancia, con los simpatizantes y con la ciudadanía. Que distinto hubiera sido un proceso electoral con el nombre de la Senadora Beatriz Paredes en la boleta, pero tristemente nos orillaron a apoyar a quien fue nuestro verdugo en el debate público y en las urnas.

Los pésimos resultados electorales en la contienda presidencial de 2024 han sido devastadores para el PRI. En esta elección, el partido obtuvo apenas un 8% del total de votos, una caída estrepitosa desde el 13% obtenido en 2018. Esta reducción significativa en el apoyo refleja la desconfianza y el desencanto de los votantes con nuestra dirigencia y nuestras propuestas. Es alarmante que un partido que solía ser el pilar de la política mexicana haya sido relegado a un papel casi irrelevante en la arena nacional.

Por otro lado, el proceso electoral estatal en el Estado de México en 2024 fue igualmente desastroso. El PRI perdió el control de más del 70% de los municipios que gobernaba previamente y vio reducir su representación en el Congreso estatal a solo 9 de los 75 escaños disponibles. La pérdida de territorios y la disminución del voto priista, que cayó del 30% en 2017 al 12% en 2024, son un claro indicador de que hemos fallado en mantener la confianza y el apoyo de la población. Este declive no solo afectó nuestra influencia política, sino que también nos alejó cada vez más de nuestras raíces y de la gente a la que alguna vez servimos. ¿Para eso expulsaron y traicionaron al anterior presidente del CDE? ¿Pues no que la actual dirigencia tenía todas las respuestas a todas las preguntas existenciales del priyismo?

El PRI ha perdido completamente su ideología. Alguna vez fuimos el partido de la Revolución, de la justicia social y del desarrollo nacional. Hoy, somos una cáscara vacía, sin principios ni dirección. La ignorancia de nuestra historia, ideología y documentos básicos han convertido a la actual dirigencia nacional y estatal en unos verdaderos “hijos bastardos de la revolución”. Han traicionado todo lo que el PRI representó alguna vez, diluyendo nuestros valores en un mar de conveniencias y traiciones, somos una agencia de recursos humanos que solo tiene la capacidad de acomodar regidores plurinominales, brutal.

Históricamente, el PRI fue fundado en 1929 como el Partido Nacional Revolucionario (PNR), con el objetivo de estabilizar el país después de la Revolución Mexicana. A lo largo de las décadas, evolucionamos hasta convertirnos en el Partido Revolucionario Institucional, dominando la política mexicana durante más de 70 años. Sin embargo, con el tiempo, el poder absoluto corrompió absolutamente todo, y el partido que alguna vez fue un faro de estabilidad y progreso se convirtió en un sinónimo de corrupción, autoritarismo, soberbia, ignorancia supina y malos modos.

Aunque me despido, dejo tres propuestas con la esperanza de que el PRI pueda encontrar un nuevo camino:

  1. Realizar un profundo ejercicio de autocrítica profunda y honesta, seguida de acciones concretas para eliminar la corrupción y fomentar la transparencia en todos los niveles del partido, eso no le hace daño a nadie.
  2. Implementar procesos democráticos reales para la elección de líderes y candidatos, asegurando la participación activa y genuina de la base militante, les va a hacer ganar votos, no como las decisiones que tomaron en este actual proceso electoral, en donde las grandes premisas para ser candidato fueron (1) ser el consentid@ de la dirigencia o co-dirigencia en turno (2) haber sido el peor posicionado en las encuestas (3) ser hijo o hija de alguno de los poquísimos liderazgos que quedan por ahí o (4) jugar en una cancha en la que muy pocos juegan (wink wink).
  3. Recuperar y revitalizar la ideología original del PRI, educando a la militancia sobre nuestra historia y documentos básicos, para reconectar con nuestros principios fundacionales y adaptarlos a las realidades actuales, es una actividad urgente, si creen que eso no sirve, manden a alguien a tocar las puertas del partido en el poder o asistan a un consejo político del partido representante de la democracia cristiana en México, a ver si refutándoselos en cara es que entienden que la ideología si sirve para algo.

Finalmente, me despido -forever and ever- con la esperanza, aunque sea mínima, de que el PRI pueda algún día resurgir de sus cenizas. Sin embargo, debo admitir que mis expectativas son tan bajas como el nivel de democracia interna en el partido y tan ciertas como que en la próxima asamblea se cocina una putrefacta reelección.

Atentamente,

Tonatiúh Medina

@DrThe

Excommunicado

Notas: (1) dado que en 2023 decidieron expulsarme del padrón de militantes, arbitrariamente, esta es solo una formalidad que debía ser cumplida (2) tampoco voy a militar en otro partido para que no me salgan con sus análisis vulgares y simplistas, y si un día lo hago, muy mi problema.

https://www.siempre.mx/2024/06/amiga-date-cuenta-adios-pri/

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