Opinión 

2017: resistir y protestar

Isidoro YESCAS

El “gasolinazo”peñista gradualmente empieza a provocar protestas callejeras a lo largo y ancho del país. Lo que empezó en las redes y medios de información ahora se expresa en mítines, marchas, toma de gasolineras, bloqueos carreteros, etc. convocados lo mismo por grupos de ciudadanos que por organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.

No es para menos pues el brutal incremento a los precios de las gasolinas no solamente impactará en los bolsillos de las clases medias sino también en la economía de los trabajadores asalariados, empleados, estudiantes, amas de casa, y la gran mayoría de mexicanos y mexicanas.

A la inseguridad y violencia que ya padecemos ahora habrá que sumar una mayor inflación, carestía y desempleo.

Frente a este escenario de crisis e incertidumbre lo que desde el mes de diciembre del 2016 se viene observando es una creciente inconformidad social en contra del gobierno federal y de los partidos políticos que votaron a favor de la Reforma Energética, detonador, en buena medida, de la determinación del gobierno de EPN para incrementar el precio de las gasolinas como un paso previo para liberar sus precios.

Aunque los sectores empresariales también se han expresado en contra del “gasolinazo”, la resistencia y protestas ante  una medida tan impopular viene y cobra fuerza desde los sectores clasemedieros y populares.

Sin duda el costo político y electoral de esta determinación la pagarán en primer lugar el PRI, el presidente de la república y los gobiernos estatales de manufactura priísta, pero lo mismo podría ocurrir con los gobiernos surgidos del PRD y del PAN si los gobernadores de estos partidos, y los congresos locales, justifican los gasolinazos y abandonan a sus gobernados.

Es muy prematuro anticipar el  alcance y magnitud de estas protestas y su impacto en la gobernabilidad del país, pero lo que es un hecho incontrovertible es que el hartazgo de la mayoría de los mexicanos y mexicanas en contra de la corrupción, los abusos de poder y la aplicación de políticas públicas  antipopulares, está llegando a un punto límite que si los otros poderes no le hacen contrapeso al ejecutivo,la inconformidad popular podría crecer y generalizarse con la consiguiente inestabilidad política y social para el país.

 Enero 4 del 2017.

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